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Tu embarazo, tus normas

En las conversaciones con nuestras clientas surge muy a menudo lo importante que es ser crítica con las expectativas y presiones sociales para poder vivir una maternidad plena, calmada y que se ajuste a ti.

Durante el embarazo esto cobra una importancia mayúscula, porque todo el entorno de los futuros padres se vuelca en consejos (y, a veces, críticas), ideas y todo tipo de perspectivas. La inseguridad y los miedos de los padres, sobre todo si son primerizos, les hace más vulnerables a esta avalancha de información. Esta sobrecarga de consejos tiene, normalmente, buenas intenciones, pero puede ser muy estresante. También están las críticas y comentarios que merman la seguridad de los padres en sus propias decisiones y capacidades, por lo que es muy importante tener una estrategia para no «perder el norte» en estos casos. Algunas cuestiones que ayudan mucho son:

  • Tener una idea aproximada del tipo de crianza que nos funciona como familia y qué cuestiones quedan descartadas de entrada.
  • Seguro que sabes qué opiniones valorar más, qué familiares y amigas son de mayor confianza o quiénes han pasado por lo mismo que tú. Elige bien a quién escuchar y descarta el resto de consejos no solicitados con la educación que puedas en cada momento.
  • Ten presente que solamente tu pareja y tú saben lo que de verdad les funciona como familia. Nadie más vive la misma realidad que viven ustedes.
  • Permítete cambiar de opinión y aprender, es parte de nuestro crecimiento personal y como padres, pero siempre desde la observación y el conocimiento de tu propio bebé.
  • Desconfía de los consejos e ideas que tienen monetización detrás, como la publicidad que hacen determinadas personalidades públicas e influencers. Confía más en las páginas web que valoran diferentes marcas sin presentar ninguna en concreto como la panacea, por profesionales de la salud y por libros de crianza que se ajusten a tus valores.
  • Un bebé necesita a su familia, atención médica, alimento y un lugar seguro para descansar. Todo lo demás son extras que quizá necesites o quizá no. Por ejemplo, si no tienes claro si necesitas una trona o un cambiador, está bien que te informes y que busques opciones, pero no olvides que el niño puede dormir en el cochecito o en brazos, y que puedes cambiarle de pañal sobre la cama, o incluso e una toalla estirada sobre el suelo. En nuestro caso, por ejemplo, como Carlos es bastante alto, optamos por un mueble gavetero con cambiador en la parte alta, ya que su comodidad y la salud de su espalda eran cuestiones que teníamos que tener presentes.
  • Cada cultura tiene unos tiempos que quizá te convenga seguir o quizá no. No todas las mujeres embarazadas quieren o pueden esperar dos meses para anunciar el embarazo a sus familiares, quizá no quieras esperar a la semana 12 para que lo sepa tu mejor amiga, o tal vez las circunstancias de tu trabajo supongan que debes informar a tu jefe tan pronto como lo sepas para garantizar tu seguridad y la del feto.
  • No tienes que «obligarte» a sentirte bien ni estar radiante en tu embarazo. Cada uno es un mundo, y a veces te toca un embarazo difícil, incómodo, o echas de menos tu cuerpo y tus sensaciones de antes. Es legítimo y natural.

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