Un babero para cada etapa

¿Estás a punto de darle la bienvenida a un bebé en la familia y te pierdes entre tantos complementos para el día a día?
¡Vamos a empezar por lo más básico, los baberos! Bueno, quizá no es lo más básico, pero todo el mundo sabe la utilidad de un pañal, y comprar ropa no difiere demasiado de comprarla para niños mayores o adultos. Sin embargo, los baberos (igual que las muselinas, los dudús o los biberones) son accesorios propios de los primeros años de vida de los seres humanos, y se llevan utilizando desde hace siglos. El propósito está claro: Evitar que los más peques se manchen o mojen la ropa con la comida, las babitas o la regurgitación.
Primeros meses: Cuidemos su piel

Cuando los papás y mamás primerizos, o un familiar que quiere hacer un regalo a un recién nacido, viene por Nenene, siempre ofrecemos los mejores baberos para los primeros meses de vida, aquellos que tienen una forma redonda y que se ciñen bien al cuellito del bebé sin agobiarlo. Fruncidos en el borde interior, de algodón orgánico y muy absorbentes, estos baberos están pensados para evitar que el buche o las babitas del bebé humedezcan su piel y su ropa (y, por tanto, evitar ronchitas y rojeces) y, en el caso de los que toman biberón o lactancia mixta, recoger también la leche que se les escapa de las comisuras de la boca.
Al ser baberos cortitos y redondos, cubren bien su cuello, pecho y hombros (¡te sorprendería la cantidad de leche que un bebé de biberón puede derramar sobre sus mejillas en dirección a los hombros o la espalda!) sin limitar su movimiento, especialmente pensando a partir de los tres o cuatro meses de edad, cuando empiezan a ser más conscientes de su propio cuerpo y del control que tienen sobre él.
A partir de los seis meses: ¡A comer!

La mayoría de los bebés comienzan la alimentación complementaria a partir de los seis meses. A esa edad ya son más grandes y necesitarán dos tipos de baberos nuevos: Los más tradicionales, que cubren más el pecho y que son más grandes que los de recién nacido, ya que seguirán alimentándose de leche (ya sea materna o de fórmula) y los buches y babas no van a desaparecer aún, y un babero que cubra más el torso y que les proteja de tooooda la comida que van a echarse por encima en su descubrimiento de la alimentación sólida. En este punto se puede optar por baberos de poliéster reciclado, que son ligeros; de algodón orgánico o de silicona. En Nenene siempre recomendamos tener un babero de silicona en casa, para el día a día, y un pack de baberos impermeables para llevar en el bolso.
«¡Yo solito!»

Cuando tu peque cumpla un año, la alimentación principal deja de ser la leche (materna o fórmula) y comienza a ser la comida «de mayores», más o menos adaptada a él. Aunque todavía no sea capaz de decirte que quiere comer solo, lo notarás. Te quitará la cuchara de las manos, intentará pinchar las verduras con el tenedor por su cuenta, y cuando vea lo difícil que es todavía para sus manitas, empezará a comer con las manos. Aquí los baberos de silicona que recogen los alimentos que se caen (o parte de ellos) siguen siendo tu gran aliado, pero quizás es el momento de empezar a utilizar también un babero con mangas, tipo babi, especialmente para las comidas que más manchan o para los días de invierno que no quieras que se eche a perder las mangas largas de la camiseta o del suéter.
¿Buscas un babero de calidad, bonito y respetuoso con la piel de los más pequeños para regalar, o para el ajuar de tu bebé? ¡Te esperamos en Nenene!