Cómo hacer la rotación de los juguetes
Una de las claves para sacarle el máximo partido a los juguetes de los más pequeños es presentarlos en rotación, ¡te contamos en qué consiste!
Encontrar el equilibrio entre la cantidad de juguetes que hay en casa, la atención que les presta tu pequeño y los propios intereses del niño o niña puede ser muy difícil: disponer de muchísimos juguetes y materiales al alcance resulta abrumador para tus hijos, ¡y también para ti! La rotación de juguetes parte de la ideología Montessori, que presta mucha atención a aquello que de verdad produce curiosidad en el niño y le permite enfocarse en las actividades dedicando el tiempo que desee a cada una.
Quienes crecimos en los 80 y 90 en familias que podían permitirse comprarnos juguetes (o que los heredáramos) teníamos baúles, cestas o cajas con todo apilado en nuestro cuarto, ¡con todos nuestros juguetes al alcance! La filosofía Montessori alienta a las familias a darle un enfoque algo más minimalista al espacio de juegos. Sin duda, habrás notado que cuando tu peque va a casa de los abuelos, a la sala de espera del pediatra o a algún espacio con juguetes disponibles pero en menos cantidad, parece redescubrirlos y enfocarse mejor en ellos. Nosotros mismos, al llevar a nuestro niño de año y medio a la biblioteca, notamos que quiere abarcar todos los cuentos posibles, y no pasa más allá de la tercera página de cada uno, mientras que en casa puede disfrutar una y otra vez del mismo libro.
La rotación de juguetes permite que el niño tenga a su alcance aquellos que responden a sus intereses actuales, sin elementos que le distraigan, y que no le resulten ni demasiado aburridos ni demasiado frustrantes. Es una forma excelente de sacarle el máximo partido a los juguetes y materiales (ya que también se incluyen libros, pegatinas, pinturas, elementos de la naturaleza, ¡incluso fiambreras y cubiertos de madera!), ya que cuando un juguete aparece después de estar guardado un tiempo es como si lo estrenara, y de minimizar los ratos de aburrimiento. Para los niños más pequeños esta rotación se realiza en exclusiva por parte del adulto, pero según crecen pueden involucrarse en la selección de materiales, redescubrirlos, y compartir contigo porqué quieren tener a su disposición uno u otro juguete.
¿Cómo rotar los juguetes?
- Asegúrate que el espacio de juegos habitual de tu niño (puede ser su dormitorio, un rincón del pasillo, el salón, etc) es seguro y está adaptado para él. Es decir, que no haya riesgos con los enchufes o con las esquinas de los muebles (en el caso de los niños muy pequeños). Prepara una mesita, unos estantes o unas cestas a su altura, en las que puedas colocar los juguetes y que queden bonitos, ordenados y accesibles. Cultivar el sentido del orden y la belleza también tiene mucha importancia en la educación Montessori, y como padres nos ayuda a estar en un ambiente más agradable a pesar del desorden propio de los más pequeños de la casa.
- Observa, en los días previos, qué es lo que más despierta la curiosidad de tu hijo, con qué se concentra más y a qué juguetes acude siempre por confort o como complemento a otro juguete. Por ejemplo, quizá no haga mucho caso al osito de peluche hasta que llega el momento de jugar con el set de veterinario, y entonces se convierte en una pieza fundamental del juego.
- Elige entre ocho y diez juguetes (¡los son varias piezas que vienen en sets cuentan como uno solo!) o actividades para que estén a disposición de tu pequeño y que respondan a aquello que más curiosidad le da. Puedes dejar a mano también sus favoritos, aquellos a los que siempre regresa. Si hay una actividad lúdica educativa en familia a la vista, puedes incorporar también algún juguete, cuento o actividad relacionada (por ejemplo, dejar un libro sobre los animales de granja en las fechas cercanas a una excursión a una finca como El Burrero, o materiales para pintar si va a acudir a un taller de manualidades)
- Los juguetes que no estén al alcance del pequeño pueden estar guardados en un armario, en un altillo o en una caja organizadora: lo ideal es que no estén a la vista del niño, para que no le distraigan de los que sí tiene a su disposición. Puede ser muy útil guardarlos clasificados, dividiendo entre las categorías que consideres más cómodas para ti. Por ejemplo, los materiales para manualidades en un cajón, las figuritas que representan personas y animales en otro, los complementos para las muñecas y los muñecos bebé en otro, los instrumentos musicales en otro… ¡Lo primordial es minimizar el desorden y facilitarte la próxima rotación de juguetes!
- No olvides que no es un sistema estanco: la rotación puede fluir según las necesidades del niño. Cada cierto tiempo (a veces puede ser una semana, a veces más tiempo o menos, dependiendo del interés y la sensibilidad del niño ante los materiales presentados y el tiempo que pase en casa jugando) tocará volver a rotarlos. Lo notarás porque empieza a aburrirse, porque busca otra forma de utilizar esos juguetes, o porque se frustra mucho más rápido. Los niños mayores pueden incluso acordarse de un juguete que no está a la vista y pedírtelo, ¡sé flexible, también con tus propios planes!
- Presta atención a las fechas en las que tu hijo o hija pueda recibir nuevos juguetes, como Navidad o su cumpleaños, y planifica la rotación al respecto. Si ya sabes qué juguetes va a recibir, puedes dejar a su alcance aquellos que mejor lo complementen, o alargar un poco más el periodo «útil» de esos juguetes porque sabes que en cuestión de días los vas a renovar totalmente
- Uno de los beneficios de la rotación de juguetes es que puedes guardar un material durante unas semanas o meses y volver a presentarlo cuando el niño sea algo más mayor. En el caso de los bebés estos periodos son más rápidos, ya que su desarrollo es muy veloz, mientras que en niños mayores puede que tengas que tener apartados algunos juguetes que no le interesaban durante más tiempo. Cuando vuelves a presentarlo, dado que los intereses del peque y su capacidad para disfrutarlos ha cambiado con su propio desarrollo, y que los verá acompañados de otras combinaciones de juguetes, les podrá volver a sacar provecho. Dos ejemplos: Si los bloques de construcción ya no le interesan, retíralos temporalmente, pero observa si con el tiempo pueden combinar con otros juguetes como Playmobil o Pin y Pon, ¡pueden ser un complemento fantástico para crear escenarios y aventuras con esos otros juguetes «de niño mayor»! Otro ejemplo son los libros infantiles, especialmente los de cartón, que asociamos con los bebés y niños muy pequeños: Cuando empiezan a aprender a leer, estos libros viven una segunda edad dorada, ya que la historia les es familiar, por lo que les da confianza, y tanto las historias como la tipografía es lo suficientemente sencilla como para explotar sus nuevas habilidades de lectoescritura.
¿Te animas a intentar rotar los juguetes de tu peque?