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La importancia del juego en paralelo

«¡Venga, juega con el otro niño!». Ésta es una de las frases que más se escuchan en parques, ludotecas y en plazas en todo el mundo. Pero, ¿sabías que hasta aproximadamente los tres años de edad, los niños no empiezan a jugar entre ellos? Esta etapa, en la que comienza el juego asociativo (es decir, niños jugando juntos a lo mismo), puede estirarse hasta los cinco años, es decir, que abarca todo el periodo de preescolar.

¿Y qué ocurre antes? Hasta los 18 meses o dos años aproximadamente, los niños jugarán en solitario, aunque estén en la misma sala. Pueden mirarse y observarse, pero cada uno está sumido en su propio juego y en su propia exploración del mundo. Posteriormente comienza el juego en paralelo, una fase en la que comienza la interacción social en el juego, pero de forma muy gradual.

Como han demostrado numerosos estudios en las últimas décadas, el juego es indispensable para el correcto desarrollo humano, ya sea con juguetes, palos y trozos de madera, o hasta con un amigo imaginario: El trabajo de los niños es jugar. A partir de los dos años, aproximadamente, el juego pasa de ser tan individual a comenzar a compartirse: Los peques imitan la forma de jugar de sus compañeros, puede que se repartan los juguetes (o se peleen por ellos) y se comuniquen sutilmente: siguen jugando de uno en uno, pero cada vez cobra más importancia la compañía del otro. Jugar a su lado, en paralelo. Aunque parezca que no es consciente o que no le da importancia a la presencia de otros niños, en verdad los observa y disfruta de su compañía.

El juego en paralelo es fundamental para la correcta socialización de los más pequeños y, aunque podemos invitarles a jugar con otros niños (o en este caso, junto a ellos), cada uno tiene su propio ritmo y su propia forma de jugar. Algunos niños se ríen mientras corren detrás de sus primos mayores, sin saber muy bien en qué consiste el juego, pero divirtiéndose de todos modos; otros se sientan en la arena del parque, observan lo que hacen otros niños e intentan imitarlos. En las escuelas infantiles a menudo comparten un set de juguetes (una granja, un barco pirata, una caja de piezas de construcción) pero cada uno lo disfruta bajo sus propias reglas.

Las habilidades que permitirán, más adelante, el juego cooperativo, se establecen desde estas primeras etapas. Durante el juego en paralelo y, posteriormente, el asociativo, mejoran considerablemente las habilidades comunicativas, y se sientan las bases para aprender a compartir y a jugar por turnos.

En Nenene queremos recordarte que cada niño se desarrolla a diferentes ritmos y que pueden mostrar diferentes intereses. En caso de que tengas alguna duda al respecto o sospeches que tu pequeño necesita ayuda especializada, te recomendamos consultar con un profesional de confianza, como un pediatra, un psicólogo infantil o un educador.

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